Monday, June 10, 2013

El Pino Criollo bajo los ataques del síndrome “Littleleaf”


Seguro que muchos de ustedes han notado en nuestras zonas rurales los grupos de pino criollo con todas sus hojas (agujas) de color marrón. Esta es una señal de que el árbol está gravemente enfermo y posiblemente muera. Esto viene ocurriendo de forma recurrente, por más de dos décadas en La Sierra. Especialistas traídos por el Plan Sierra han diagnosticado posibles agentes causantes, y hace unos 10 años, nuestro colega Dr. Gunter Dobler, al regresar a Alemania después de numerosos años de servicio, pudo junto con el Dr. T. Jung del Instituto Estatal Forestal de Bavaria, concretizar la existencia del síndrome “littleleaf” cuya traducción literal seria “hoja pequeña”.

El síndrome es producido por una combinación de varios factores que incluyen el manejo histórico del suelo, un patógeno y la forma de manejar los arboles. Littleleaf puede destruir grupos de pinos en múltiples localidades un período de 5 a 15 años. La decadencia de los árboles se produce por una pérdida correlacionada de absorción en la superficie de la raíz, pérdida de carbohidratos necesarios para la nueva producción de raíces y pérdida del área eficaz de la copa. La presencia de este síndrome se confunde en las actividades de producción forestal, con los ataques a los árboles son atacados por escarabajos del pino. Aparentemente existen otras enfermedades asociadas al síndrome, donde los pinos muertos presentan síntomas diferentes, donde se encuentran pinos muriendo con todo su follaje (síntoma diferente al de littleleaf). Sucede que los escarabajos que atacan los pinos debilitados por “littleleaf” pueden desplazarse hasta pinos sanos en los alrededores inmediatos. El escarabajo transporta unos nematodos que pueden entrar al sistema vascular de las plantas, bloquear los vasos conductores de sabia, y producir la muerte por otra enfermedad conocida como “wilt”.

La enfermedad “littleleaf” no fue reconocida como un único agente causante de mortalidad hasta mediados de la década de 1930 en los EEUU. En el sureste de Norteamérica, se considera una enfermedad importante para el Pinus echinata, y ahora nos toca a nosotros enfrentarla en el pino criollo. El patógeno causal interactuando con el suelo y el árbol para generar los síntomas de littleleaf es un hongo común que provoca la pudrición de la raíz, y cuyo nombre científico es Phytophthora cinnamomi. Este hongo también enferma las raíces de otras plantas leñosas como el castaño, el aguacate y los robles.

P. cinnamomi es un hongo que se encuentra en casi todos los suelos. Se puede encontrar en el suelo bajo los pinos durante todo el año. También se puede encontrar en suelos sin pinos. También puede encontrarse en el suelo interactuando con las raíces del pino y sin embargo no causar la enfermedad de littleleaf. Es la composición del suelo y sus características de drenaje, que conjuntamente a las reacciones del árbol, generan los síntomas de “littleleaf”. Bajo árboles enfermos, los hongos se pueden encontrar físicamente situados donde se encuentra la mayor concentración de raíces absorbentes (a una profundidad máxima de 2.5 pulgadas). Otro hongo de pudrición de raíz de suelo, el Pythium sp. ha sido citado como un participante secundario en el síndrome. También se han identificado lesiones de nematodos en las raíces absorbentes.

La amarillez de las agujas es causada por una falta de absorción de elementos desde las raíces, especialmente nitrógeno. Las agujas enfermas sólo tienen aproximadamente el 40% del contenido de nitrógeno que contienen agujas normales. Otros elementos que son difíciles de alcanzar y controlar pueden ser motivo de preocupación, incluyendo potasio (K), fósforo (P) y magnesio (Mg). Se estima que más del 50% del sistema radicular absorbente en un pino sintomático está continuamente comprometido por la enfermedad littleleaf. Los hongos infectan las raíces de pino a temperaturas superiores a 21 grados C. El daño en la zona de las raíces se produce cuando los suelos están húmedos y éstas se encuentran en pleno crecimiento.

En cuanto al manejo histórico del suelo, el síndrome de littleleaf está muy relacionado con los suelos pesados, la erosión del terreno, la quema frecuente, los suelos poco profundos, con poca materia orgánica, bajo contenido de nitrógeno, y baja capacidad de intercambio catiónico. También resulta adversa la presencia de capas impermeables en el suelo, pobre capacidad de infiltración de agua, drenajes pobres, baja porosidad en la capa superficial y pérdida del horizonte superficial.

Este síndrome es un problema crónico para nuestro pino en lugares con suelos poco profundos, con arcilla pesada, y textura fina. La mayoría de veces este síndrome de la enfermedad no es reconocido. La enfermedad destruye la interfaz absorbente de la raíz entre el árbol y el suelo, dejando el árbol sin alternativas para sobrevivir. Una gestión más eficaz utilizando las respuestas adecuadas para esta enfermedad es necesaria. La comprensión de los mecanismos causales es un primer paso importante.

Las  mejores prácticas para minimizar las pérdidas producidas por esta enfermedad varían con las condiciones particulares de cada bosque y los objetivos de administración. Las siguientes opciones pueden tomarse en consideración: a) Utilizar pinos que no presenten síntomas de la enfermedad como fuentes de semillas; b) utilizar especies de coníferas resistentes; c) utilizar especies latifoliadas en los lugares afectados por el síndrome; d) disminuir la densidad de plantación; e) mejorar el sitio y las plantas; f) mantener un vigilancia regular de las áreas boscosas; g) eliminar árboles de alto riesgo; h) entresacar los arboles afectados y adicionales en las periferias de los focos de enfermedad; i) manejar la composición de especies; j) considerar el uso de fertilizantes. Una alternativa final seria regenerar el rodal.

No comments:

Post a Comment